¿Qué es una fuente secundaria de polvo?
Aun el sistema de recolección de polvo mejor diseñado tiene sus límites. Aunque el sistema captura las emisiones en su fuente, no siempre puede manejar el polvo secundario generado por fugas, derrames de material, falta de limpieza o incluso por el polvo que entra a través de puertas, ventanas o el sistema de ventilación. Estas fuentes “ocultas” suelen marcar la diferencia entre un sistema que funciona y uno que parece ineficaz.
Los niveles de polvo dentro de una planta pueden aumentar por razones que no siempre tienen que ver con el colector. Entre las causas más comunes se encuentran:
- ❌ Mantenimiento inadecuado de los equipos de colección de polvo o de los procesos que generan polvo
- ❌ Malos hábitos de limpieza
- ❌ Aire recirculado que aún contiene partículas de polvo
- ❌ Emisiones por fallas de colectores sin controlar
Por supuesto, todo esto supone que las principales fuentes de polvo ya cuentan con los sistemas de captación adecuados. El enfoque aquí está en los factores secundarios que pueden mejorar o perjudicar el desempeño del sistema.
Medidas administrativas que marcan la diferencia
Muchas plantas se benefician al crear un equipo de control de polvo compuesto de gerentes de planta, de seguridad y de producción.
A veces, las mejores mejoras no son mecánicas sino de gestión. Establecer una política de control de polvo respaldada por la dirección marca la pauta. Muchas plantas se benefician al crear un equipo de control de polvo compuesto de gerentes de planta, de seguridad y de producción. Este grupo se encarga de inspeccionar las instalaciones, establecer prioridades, asignar soluciones, dar seguimiento al progreso y estimar costos.
La capacitación también es una herramienta poderosa. Un breve programa de entrenamiento puede ayudar mucho a los empleados a entender las políticas de la empresa, las normas gubernamentales, los motivos de las inspecciones de polvo y su papel en la reducción de la exposición. Los trabajadores que comprenden la importancia del control de polvo tienen mucha más disposición a mantenerlo.
Los gerentes pueden ajustar los horarios de trabajo para limitar la exposición al polvo, reprogramar actividades que generan mucho polvo (como el vaciado de tolvas) para horarios fuera de turno, y asegurarse de que los respiradores estén disponibles y se usen correctamente. Todo eso puede hacer una gran diferencia.
Lista de verificación de limpieza periódica
✅ Todo el equipo móvil (camiones, cargadores, topadoras, etc.) limpio.
✅ Motores y tableros eléctricos libres de polvo, aceite y residuos.
✅ Pisos y superficies de trabajo aspirados o lavados, libres de desechos.
✅ Herramientas almacenadas correctamente.
✅ Mangueras limpias y enrolladas en sus carretes.
✅ Duchas y estaciones de emergencia operativas y limpias.
✅ Botellas lavaojos y botiquines revisados.
✅ Acumulación mínima de polvo alrededor de los equipos; los derrames se limpian de inmediato.
✅ Extintores verificados y disponibles.
✅ ✅ Sistemas de cinta transportadora sin derrames ni acumulaciones, especialmente en puntos de transferencia.
✅ Paredes y techos del edificio bien mantenidos.
✅ Puertas y ventanas limpias y en buen estado.
✅ Vestuarios y oficinas ordenados y limpios.
✅ Oficinas en orden y limpias
✅ Tableros de anuncios actualizados y bien mantenidos.
✅ Caminos sin pavimentar tratados para reducir el polvo.
✅ Zanjas y desagües limpios.
✅ Los desagües pluviales de la planta y las zanjas de drenaje abiertas deben mantenerse limpios.
✅ Inventario de repuestos almacenado ordenadamente.
✅ Áreas de tránsito claramente marcadas y libres de obstáculos.
✅ Equipos y maquinaria fuera de uso retirados de la planta.
Programas de mantenimiento preventivo
Los programas de mantenimiento preventivo (MP) a menudo se pagan solos. Programar inspecciones regulares y tener repuestos disponibles puede reducir las fallas y evitar interrupciones costosas.
- ☑️ Realizar programas de MP en todos los equipos de captación de polvo y fuentes generadoras durante las paradas o según las recomendaciones del fabricante.
- ☑️ Mantener repuestos suficientes para los sistemas de control de polvo.
- ☑️ Priorizar el sellado de fugas, grietas y uniones.
- ☑️ Inspeccionar y ajustar todas las cintas transportadoras y sus sellos de goma.
- ☑️ Revisar rodillos y limpiadores de cinta, reemplazando los dañados.
- ☑️ Inspeccioná todos los rodillos de guía de las cintas transportadoras. Ajustalos según sea necesario para evitar que la banda se desplace lateralmente.
- ☑️ Cerrá y asegurá todas las puertas de acceso e inspección antes de iniciar cualquier operación. Programá tiempo suficiente para que los trabajadores realicen la limpieza rutinaria en sus estaciones de trabajo.
- ☑️ Alterná las tareas de limpieza periódica entre los distintos equipos.
- ☑️ Inspeccioná todos los sellos antipolvo y reparalos o reemplazalos según sea necesario.
- ☑️ Inspeccioná los limpiadores de las bandas transportadoras y ajustalos. Reemplazá los componentes desgastados.
- ☑️ Medir semanalmente la velocidad y presión estática del aire.
- ☑️ Limpiar ductos obstruidos y rediseñar si el problema es recurrente.
- ☑️ Implementar medidas para evitar el desborde de tolvas.
- ☑️ Seguir el programa de MP de colectores, ventiladores y motores.
- ☑️ Revisar periódicamente las boquillas y reemplazar las desgastadas.
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Procedimientos operativos que protegen a los trabajadores
Incluso el mejor equipo no rendirá si no se opera correctamente. Los operadores deben saber que los sistemas de control de polvo deben estar funcionando antes de iniciar la producción. No se debe usar aire comprimido para limpiar ropa o equipos, ya que solo vuelve a poner el polvo en el aire. En su lugar, se deben usar sistemas de vacío o rocío de agua durante las paradas.
Otras buenas prácticas incluyen reducir la velocidad de las cintas transportadoras, instalar alarmas que alerten si el colector se detiene, y eliminar equipos obsoletos que acumulen polvo.
No olvides las fuentes externas
Los caminos de transporte, las áreas de carga y descarga, y los acopios son grandes generadores de polvo secundario.
Las vías de transporte, áreas de carga y descarga y acopios son grandes generadores de polvo secundario. Aunque estén al aire libre, el polvo puede ingresar al edificio a través de tomas de aire, puertas o ventanas. Tratar o pavimentar caminos, rociar los acopios activos y cerrar las áreas de carga con su propio sistema de control de polvo ayuda a reducirlo. También es útil ubicar las tomas de aire lejos de fuentes de polvo y usar indicadores automáticos de nivel para evitar desbordes.
Recirculación: manejar con cuidado
Recircular el aire de los colectores de polvo puede ahorrar costos de calefacción (especialmente en climas fríos), pero conlleva ciertos riesgos. Si el sistema no está bien diseñado y mantenido, puede devolver el polvo al área de trabajo. La presión negativa causada por una mala planificación del aire entrante también puede atraer contaminantes del exterior o generar corrientes de aire que afecten tanto a los trabajadores como al equipo.
Las fuentes secundarias, ya sea por una limpieza deficiente, mantenimiento descuidado o polvo del exterior que entra al edificio, pueden sobrecargar incluso los mejores sistemas.
Si la planta recircula el aire, debe contar con medidas de seguridad: un sistema de limpieza secundaria, monitoreo de fallas, alarmas de advertencia y derivaciones de emergencia al exterior. El aire limpio debe redistribuirse cuidadosamente para evitar turbulencias locales. En el caso de polvos peligrosos, la recirculación no es recomendable.
Las fuentes secundarias, ya sea por poca limpieza, mantenimiento descuidado o polvo del exterior que entra al edificio, pueden sobrecargar incluso los mejores sistemas. Para los gerentes de planta, responsables de operaciones y personal de EHS, la clave está en la constancia: cuando el control de polvo se convierte en parte de la rutina diaria, el resultado es un lugar de trabajo más seguro, limpio y eficiente.